viernes, 1 de agosto de 2014

NAHÚN. CAPÍTULO SEGUNDO.



Fiesta en Jerusalén (Is 52,7-10)

2 1Mirad sobre los montes los pies
del heraldo que pregona la paz;
«Festeja tu fiesta, Judá, cumple tus votos,
que el Criminal no volverá a atravesarte
porque ha sido aniquilado»;
3porque el Señor restaura
la gloria de Jacob, la gloria de Israel,
a quien habían asaltado salteadores,
destruyendo sus sarmientos. 

Asalto y conquista de Nínive  (Is 14,24-27) 

2Que te asaltan los arietes y se estrecha el cerco:
vigila los accesos,
apréstate y redobla tus fuerzas.
4EI escudo de la tropa está rojo
y los soldados visten de púrpura,
es un ascua el revestimiento
de los carros en formación,
5Los jinetes vertiginosos,
los carros enloquecidos
se lanzan por calles y callejas
revolviéndose como teas o relámpagos.
6Pasa revista a sus capitanes
que tropiezan en sus recorridos,
se apresuran hacia las murallas
y se asegura la barrera.
7Se abren las esclusas de los ríos
y el palacio se derrumba;
8hacen formar y salir a los cautivos,
conducen a las esclavas,
que se golpean el pecho
gimiendo como palomas.
9Nínive es una alberca cuyas aguas se escapan:
¡Deteneos, deteneos!, pero nadie se vuelve.
10Saquead plata, saquead oro,
el ajuar es inacabable,
qué abundancia de toda clase
de ajuares preciosos.
11iDestrucción, desolación, devastación!
El temple se funde, vacilan las rodillas,
se doblan los ijares, el rostro pierde el color.
12¿Dónde está el cubil de leones,
el pastizal de los cachorros;
adónde iban sin asustarse
el león con la leona y sus crías?
13Elleón que hacía presas
para sus cachorros
y despedazaba para sus leonas,
su cueva se llenaba de víctimas,
su guarida de despojos.
14¡Aquí estoy yo contra ti!
-oráculo del Señor de los ejércitos-.
Arderán humeando tus carros
y la espada devorará tus cachorros,
extirparé de la tierra tus presas
y no volverá a sonar
la voz de tus pregoneros. 

Explicación.

2,1-3 Como consecuencia de lo anterior, el profeta invita a festejar la liberación. El comienzo se parece a Is 52,7.9. La fiesta hag puede incluir una romería a la capital para cumplir los votos pronunciados durante la tribulación (Sal 65,2). El profeta considera el hecho ya sucedido: puede ser el hundimiento final o la decadencia irremediable. 

La restauración se propone en la imagen clásica de la viña: la habían despojado salteadores sin llegar a destruirla; ahora el Señor le devuelve su esplendor vegetal: Sal 80,9-16. El paralelismo Jacob - Israel parece sugerir que ahora Judá lleva el nombre emblemático del pueblo escogido. 

2,2 Es claro que este verso pertenece al asedio y asalto de Nínive. Aquí se enciende la fantasía poética del autor, que nos hace presenciar imaginativamente algo del espectáculo; mezclando rasgos visuales a rasgos auditivos, con abundantes efectos sonoros, hablando él y dejando hablar a sus personajes, distante en la descripción y metido lírica o retóricamente en la escena. La descripción no es ordenada y sistemática, sino más bien impresionista. El poeta ha logrado captar y trasmitir la agitación del acontecimiento. 

Creo que la "maza" que golpea en un asedio es el ariete. Algunos cambian las vocales de pny para leer "almenas", que hace buen sentido para el asedio, pero no para los arietes. 

2,4-5 Magnífica descripción de color en movimiento. "Revestimiento" es dudoso; algunos enmiendan y leen antorchas. 

2,6 La mirada se traslada al campo de los defensores. "Tropiezan" por la prisa. 

2,7 Según una antigua tradición, trasmitida por Diodoro Sículo, los atacantes desviaron una corriente y la hicieron penetrar en la ciudad, de modo que socavase la muralla de tierra apisonada. 

2,8 Texto dudoso. Puede referirse al personal de palacio. 

2,9 Dos versos estupendos captan el pánico de la desbandada, el intento inútil por contenerla. 

2,11 Véanse Is 13,8; 24,17; Sof 1,15. 

2,12-13 La imagen conjura la ferocidad y codicia de los asirios; sus riquezas son fruto de expoliación violenta. 

2,14 Por encima del espectáculo militar se alza la figura desafiante del Señor.

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